Francia, una flor

Detalle de una fachada en la ciudad de Puebla; el resto de la casa posee un estilo afrancesado. «La necedad, el error, la codicia, el pecado invaden nuestro espíritu y agotan nuestro cuerpo; y alimentamos todos nuestros remordimientos como alimentan los mendigos su miseria». El progreso ha llegado a Francia, a través de la ciencia se funda un nuevo imperio donde no cabe la religiosidad; el vacío que dios ha dejado en el hombre moderno ofrece más espacio para el vicio. «Llega la noche, del criminal amiga; viene de puntillas cual un cómplice; el cielo se cierra lentamente como una gran alcoba y el hombre, ya impaciente, en fiera se transforma». La decadencia de nuestra especie es equiparable al inevitable crepúsculo vespertino; el ser humano ha optado por devorarse mutuamente al tiempo que multiplica su desgracia como aquel "encorvado obrero" que regresa a su insignificancia al término de su jornada, el dinero, gobernante del mundo, es movido por «los mórbidos demoni...